La premisa de que la “educación paga” está metida en la cabeza de todas aquellas personas que deciden invertir en educación superior no solo en Colombia sino en el mundo entero. Ya sea que la remuneración deseada sea monetaria o de satisfacción personal, se invierten altas sumas de dinero (incluso se incurren en deudas que pueden sostenerse durante varios años) además de tiempo que podría haber sido utilizado en otras actividades. Entonces, ¿cuáles son los factores que un recién graduado de colegio debe tomar en cuenta el momento de escoger qué grado de educación superior cursar?
Si nos enfocamos en la remuneración monetaria en Colombia, de acuerdo al Observatorio Laboral para la Educación (OLE) aquellos individuos con mayores niveles de educación registran mayores salarios (un individuo con Doctorado percibe alrededor de tres veces el salario de uno que posee únicamente Licenciatura1). Sin embargo, no todos los niveles de formación generan el mismo grado de crecimiento en los salarios2. Aquellos individuos que poseen Doctorado tuvieron un incremento en sus salarios de 0.9% entre 2010 y 2012, los de Maestría 3.8% (el mayor incremento en el periodo), los que poseen Licenciatura de 2,1%, los que tienen Especialización de 2%, los que tienen Formación Técnica Profesional de 0.8% mientras que los salarios de aquellos que poseen Formación Tecnológica se redujeron en un 1.7%.
Estas cifras plantean una disyuntiva entre invertir en un grado académico que registra un salario elevado (como el Doctorado) o en uno que genere mayor crecimiento del salario (Maestría, Licenciatura o Especialización); más aún si se toma en cuenta la diferencia entre los costos de matrícula y el tiempo que toma cursar cada uno de estos programas.
Por otro lado, al considerar el grado de vinculación al mercado laboral formal, se observa que entre 2001 y 2012 el 92.6% de aquellos individuos que poseen Doctorado fueron absorbidos por el sector formal de la economía, 87.6% de los que poseen Maestría, 88% de aquellos con Especialización, 77.6% de los Licenciados, 69.1% de los que poseen con Formación Técnica Profesional y 76.4% de aquellos con Formación Tecnológica.
Tomando en cuenta lo anterior, la decisión de un individuo que decide cursar un grado de educación superior resulta mucho más compleja que elegir únicamente aquella carrera que “pague más”; debe considerar la tasa de crecimiento del salario con el tiempo, el grado de vinculación que tendrá una vez que termine sus estudios además de los costos de matriculación y duración del programa entre otros.
Fuera de esto, un factor determinante serán las competencias individuales innatas y aquellas que generará durante su proceso de formación ya que actuarán como agentes diferenciadores el momento de insertarse en el mercado laboral. Por ello, el estímulo generado desde etapas tempranas de formación en las que se desarrollen dicha capacidades será de suma importancia ya que en conjunción con decisiones apropiadas serán los determinantes de los retornos de la inversión que el individuo realice en educación.
Nota: Datos al 31 de Mayo de 2014, extraídos de “Estadísticas de Educación Superior – Subdirección de Desarrollo Social” del Ministerio de Educación Nacional.
1 Comparación realizada utilizando los salarios de entrada al mercado laboral formal del año 2012.
2Salario de entrada al mercado laboral formal a precios constantes del año 2012.
Fabiola Saavedra-Caballero
Egresada Maestría en Economía - EAFIT